Años, décadas y siglos de lucha feminista para conseguir el reconocimiento de nuestros derechos. Derechos que aparecen en las leyes desde hace muy poco. Fue ayer cuando nuestras hermanas consiguieron que se nos permitiera votar, que el divorcio fuese una opción, el acceso a la educación a todos los niveles, la educación mixta, el acceso al mercado laboral... Cada uno de estos pasos ha supuesto sudor y lágrimas. Una lucha pacifista, basada en el intento de hacer recapacitar al patriarcado sobre el valor de la mujer.
Y, ya lo dijo Simone de Beauvoir... bastará cualquier excusa para que intenten devolvernos al encierro.
Estos días ha sido EEUU quien nos ha hecho poner las barbas a remojar. Ese lugar que tenemos de ejemplo para las libertades... bueno, para algunas. Para aquellas que no se refieran a mujeres. La ética y la moral no son la misma para hombres y mujeres y, con estos gestos, nos lo recuerdan. "VUESTROS DERECHOS SIEMPRE PENDERÁN DE UN HILO".
Sigamos, mujeres, sigamos luchando, haciendo valer cada uno de nuestros pasos. Dejémonos la piel en llegar a lo más alto porque sólo desde ahí podremos llevar a cabo el cambio que necesitamos. Mientras ellos gobiernen, seguiremos a un lado.
Personalmente no tengo la ambición de llegar a puestos de poder, me gusta hacer mi trabajo desde donde lo hago, en contacto con el alumnado, con las familias, con los agentes sociales... pero algo en mi interior me pide trabajar por escalar sólo para que mi hija vea que tenemos que estar allí. Que necesitamos entrar, realmente, en los despachos.
Estoy orgullosa de cada una de las mujeres de este planeta que se levanta cada día y hace frente a un mundo que la humilla. Juntas haremos que esto cambie.
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