Trabajar la igualdad debería ser un requisito sine qua non para poder considerar que un centro educativo está trabajando de manera integral con su alumnado. Sin embargo, no siempre es tan fácil como creemos trabajar este aspecto.
Son tantos los factores a tener en cuenta que se hace prácticamente imposible poner a todo el mundo de acuerdo para abordarlo todo.
Pensamos que trabajar la igualdad se reduce a hablar de la necesidad de compartir tareas, de analizar la letra de un par de canciones y pedir a nuestro alumnado que observe el reparto de responsabilidades en sus familias; pero no es sólo eso. Trabajar la igualdad es utilizar el lenguaje inclusivo en cada expresión oral o escrita que se produzca; es ofrecer la posibilidad de participar al mismo nivel a alumnos y alumnas bien sea en las aulas, en las actividades, a través de los canales de comunicación con el alumnado... Es disponer de un espacio de recreo en el que nadie quede relegado a las esquinas porque la única actividad posible es el fútbol o, en menor medida, el baloncesto porque las pistas ocupan todo el espacio.
Teniendo en cuenta que es imposible poner a todo el mundo de acuerdo y hacer que remen en la misma dirección, he realizado un estudio de las posibilidades de trabajar la coeducación en el centro educativo en el que, este curso, estoy trabajando.
Pulsando en la imagen podrás leer las valoraciones que hago de cada uno de los items.
Después de un curso, encuentro más dificultades que posibilidades en la implantación de la coeducación; en realidad, en cualquier tipo de movimiento que pueda conllevar la expresión de los miembros de la comunidad educativa.
El centro cuenta con parte del profesorado muy implicada en trabajar para producir cambios tanto en el centro en general como con el alumnado en particular, que no dejan de proponer actividades que son frenadas en muchas ocasiones. El inmovilismo es una característica del instituto que abre procesos de reflexión para mejorar la atención al alumnado pero que se acobarda ante las propuestas susceptibles de ser cuestionadas por el resto de la comunidad educativa.
Bajo mi punto de vista, el profesorado precisa formación en cuanto al currículo oculto y la necesidad de trabajar diferentes temas de manera transversal, así como un equipo directivo con el empuje suficiente como para defender aquello en lo que cree.
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